Si tu reloj está descompuesto, tendrás que arreglarlo. Sigue estos pasos de cómo arreglarlo y tendrás tu reloj en funcionamiento en poco tiempo.
Cualquiera que tenga un reloj, sabe que requieren de un mantenimiento regular para que sigan funcionando sin problemas. Recuerda que los relojes son instrumentos delicados e, incluso, un pequeño detalle puede hacer que dejen de funcionar.
Al hablar de estas increíbles máquinas, sabemos que hay de muchos tipos diferentes. De los digitales a los analógicos, de los básicos a los complejos y de los asequibles a los caros. Sin duda, hay un reloj para todos. Sin embargo, un tipo de reloj que suele tener un precio elevado es el reloj automático. Los relojes automáticos están considerados como algunos de los mejores y más precisos disponibles, pero también pueden ser muy delicados. Entonces, ¿qué ocurre si tu reloj automático necesita reparaciones?
Lo primero que tendrás que hacer es llevarlo a un relojero cualificado y, de eso, sabemos al detalle en Klokker. Los relojes automáticos no son algo que pueda arreglar cualquiera: requieren una formación y experiencia especiales. Una vez que tu reloj esté en manos de un profesional, podrá evaluar el daño y darte una estimación del coste de reparación. En algunos casos, el daño puede ser menor y la reparación relativamente asequible en precio. Sin embargo, en otros casos, las reparaciones pueden ser bastante costosas, llegando a veces a los cientos o incluso miles de pesos. Así que, antes de ilusionarte con una reparación rápida y barata, asegúrate de hablar con tu relojero de confianza sobre lo que puedes esperar. ¡Acude a Klokker!
Por lo general, el servicio que ofrecemos en Klokker para ayudar a tu reloj consiste en varios pasos. En primer lugar, desmontamos cada una de las piezas. Las micas, por ejemplo, con extremo cuidado porque son muy delicadas.
Luego, procedemos a desmontar la máquina. Se quita la carátula y el disco calendario. Empezamos con la rueda y seguimos con la central, la primera, el tambor, el volante, el espiral. Llegados a este punto, se empieza a montar todo en una canastilla; la cual es especial, puesto que va dentro de una lavadora de relojes. La solución que se usa es un desengrasante y hay que tener mucho cuidado a la hora de usar estos líquidos. Son un total de tres lavados.
Luego se necesita armar la pieza con los llamados aceitadores, para que el reloj, cuando se monte, funcione con perfecta precisión.
Tras el armado, el reloj se debe meter en una máquina que tiene una graficadora. Se trata de un aparato que escucha los pulsos del mismo y permite saber si el reloj se encuentra en los parámetros adecuados. Si se va a adelantar, si se va a atrasar, si se encuentra en tiempo.
Amigos relojeros, imaginen la complejidad y el conocimiento que se necesitan para poder desempeñar este trabajo. Las herramientas, por sí solas, son caras. Lo mismo sucede con los aceites y los aceitadores.
Por eso, cuando tu reloj comience a dar problemas, piensa en nosotros. Piensa en Klokker. Más de 50 centros de servicios alrededor de la república mexicana. Y si por casualidad en tu ciudad no hay centro Klokker, recuerda que contamos con el servicio de recolección. ¡Vamos por tu reloj, te lo reparamos y te lo llevamos de regreso hasta tu casa!
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