Mi historia con Klokker nos trae un capítulo muy especial, como saben Klokker reparación de relojes cuenta con un gran equipo que trabaja todos los días para darle un excelente servicio a las máquinas del tiempo, es por eso que hoy queremos compartir la historia de Humberto Cortés, un técnico relojero de Klokker.
Mi historia con Klokker: Ser relojero por Humberto Cortés
Humberto Cortés nos confía la historia de su profesión, con emoción describe a la relación que tiene con los relojes, una relación íntima, ya que lo desarma totalmente y conoce cada una de sus piezas.
La mecánica le gustó desde muy pequeño, desarmaba sus juguetes, ahora lo sigue haciendo pero con un motivante extra, el sueldo, esta es su profesión y lo llena día a día de satisfacción. En Humberto podemos comprobar el tan escuchado » trabaja en lo que amas para que no sientas que estas trabajando» ya que con sus 50 años de experiencia lo sigue disfrutando como al inicio.
La jubilación de Humberto se acerca, pero de algo está seguro, este gusto que tiene por ser relojero seguirá y no dejará de hacer lo que le apasiona.
El relojero
Si buscamos la definición de relojero podemos encontrar que un relojero es aquella persona que repara y/o vende relojes. Cuando hablamos sobre los relojeros que reparan relojes, ¿realmente valoramos a estas personas que revisan, reparan, restauran y que literalmente, salvan a nuestros medidores del tiempo más preciados?
Es verdad que estas personas cuentan con grandes conocimientos, muchos de ellos aprendidos de generación en generación, en la actualidad muchos de ellos se están especializando para poder reparar mecanismos más complejos. Lo cierto es que no en cualquier lugar se puede aprender a ser relojero.
En algunos países aún existen algunas escuelas de relojería que otorgan títulos oficiales y privados, sin embargo lo más común es que aprendan de forma autodidacta, empírica o por medio de las enseñanzas de un relojero con mucha experiencia.
Los relojeros inspeccionan, desmontan, limpian y reponen o reparan las piezas dañadas. También hacen piezas de alta precisión para que los relojes vuelvan a funcionar correctamente. Todo esto con un gran detalle empleando herramientas con lentes de aumento y pinzas para poder ir al fondo de cualquier reloj. Pueden quitar piezas dañadas o desgastadas, e incluso sustituirlas por piezas elaboradas por ellos mismos. Realizan limpieza y engrase de piezas, para así, volver a montar el reloj, probando que el reloj funcione correctamente. Todo esto con una minuciosidad que necesita mucha paciencia.
El relojero debe contar con una gran habilidad en los dedos, tener firmeza para trabajar con objetos muy pequeños y delicados, prestar atención a los detalles y tener una gran aptitud para la mecánica.
Se podría creer que la modernidad y la tecnología ha afectado a los relojeros, ya que las empresas se enfocan en el consumo de sus productos, haciéndolos desechables con una vida útil más corta, pero en la relojería esto no siempre es así, los relojes mecánicos son más duraderos y son piezas que pueden alargar su vida útil. Es aquí cuando un relojero se vuelve indispensable, cuando tenemos un reloj que queremos conservar siempre querremos acudir con el mejor relojero. Y sobre todo, si este relojero ve a su trabajo con la misma pasión con la que lo ve el Sr. Humberto.
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