El look racing de la colección Montblanc TimeWalker ahora se viste de color café y luce muy elegante. Oro y cerámica son los materiales de este impactante y moderno cronógrafo.
Desde que Montblanc adquirió la tradición de la manufactura Minerva –casa Fundada en 1858 en Villeret en el Valle de Saint-Imier– las cosas han caminado muy bien para la marca suiza. En relativamente poco tiempo han nutrido su colección con extraordinarias piezas. En esta ocasión presume un nuevo reloj de la colección TimeWalker, inspirado en el automovilismo y los instrumentos de medición de los tableros de los bólidos deportivos. Montblanc pregona que sus piezas TimeWalker están dirigidas a “personas que les gusta expresar sus logros, ambiciones, energía masculina, estilo y personalidad”, y en este caso sí vemos energía masculina y mucho estilo en esta entrega.
La esfera de este cronógrafo Montblanc TimeWalker es color café. Sus agujas en oro rosa marcan horas y minutos, mientras un muy deportivo segundero resalta en color rojo. Cuenta con contadores, en dos semiesferas alineadas verticalmente, de 30 minutos y 12 horas respectivamente. Tanto los índices como las marcas han sido revestidos con Super-LumiNova para garantizar legibilidad en entornos oscuros. El bisel unidireccional de esta versión TimeWalker es de cerámica brillante de alta tecnología. Cabe señalar que este material es muy resistente y es antirrayones.
La parte trasera de la caja nos permite ver, a través de un cristal ahumado (rememorando las ventanas de vidrio que cubrían los motores de V12) el mecanismo mecánico automático de este cronógrafo. Su correa es de piel de becerro con orificios y triple cierre en oro de 18 quilates.
Una pieza muy masculina, que aunque está destinada al mercado de los relojes deportivos, luce bastante elegante en tonos café.
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