El 26 de marzo del 2023 quedará marcado en la historía de la relojería, la leyenda de la industria relojera y legendario coleccionista, Jean-Claude Biver, ha lanzado su marca junto con el amante de los relojes históricos, su hijo Pierre Biver: BIVER Watches.

BIVER Watches

Una magnífica casa de campo suiza del siglo XVIII ubicada cerca de Ginebra, Suiza,  alberga las nuevas oficinas y talleres de la nueva marca relojera de Jean-Claude y Pierre Biver. Ahí han creado el primer lanzamiento de la marca, un repetidor de minutos con tourbillon y micro rotor, que estará a la venta a un precio de 520,000 euros.

Pero antes de entrar en detalles sobre los nuevos relojes, hablemos un poco más sobre este gran referente de la relojería actual.

Jean-Claude Biver, el veterano relojero

Nacido el 20 de septiembre de 1949, de una madre francesa y un padre luxemburgués, Jean-Claude Biver y su familia se instalaron en Suiza en 1959. Durante su periodo de estudiante, vivía con su madre y hermanos cera de Laussane.

Se tituló en 1975 en la universidad HEC Laussanne. Posteriormente se instala en Brassus, ubicado en el conocido espacio relojero suizo, Vallée de Joux. Famosas casas relojeras se encuentran en este valle suizo: Audemars Piguet, Jaeger-LeCoultre, Breguet,  Blancpain.

Inicia sus prácticas profesionales en Audemars Piguet en 1975 , evolucionando al área de marketing y ventas.  En 1980 trabaja en Omega como responsable de producto.

En 1981 renuncia de Omega y en 1982 adquiere, junto con su amigo Jacques Piguet, los derechos de la fábrica Blancpain, una marca relojera que estaba en caída libre por la crisis de la llegada del reloj de cuarzo. Jean-Claude logra hacer despuntar a la empresa y 10 años después la vende al grupo SMH ( ahora Grupo Swatch ) por 60 millones de francos suizos, después de haberla adquirido por 22,000 francos suizos.

En 1993, Biver se incorpora a la dirección del Grupo Swatch, como director de mercadotecnia,  permanece también al frente de Blancpain hasta 2003. Ocupó los cargos de director de marketing y director general de Omega hasta 2004 cuando toma la dirección de Hublot, revive a la marca y le da el empuje que conocemos ahora con el lanzamiento del  Big Bang, en el 2008 ya sin deudas ni capitales exteriores, es vendida al grupo LVMH por 490 millones de euros.

En el 2012, dejó su puesto como director ejecutivo de Hublot y siguió ejerciendo como presidente de la marca.  En el 2014 fue nombrado presidente de la división de relojes del emblemático grupo LVMH y también asumió la dirección de la marca TAG Heuer. En el 2015 lanza el primer reloj inteligente de la marca Carrera Connected en sociedad con Google e Intel.

En 2017 toma la dirección de la marca Zenith, lanza un nuevo movimiento con láminas ultra delgadas, lo que le da un nuevo auge al movimiento de la casa relojera, El Primero.

Es nombrado el Caballero de la Orden Legión de Honor en la embajada francesa en Bern, Suiza en 2020. Al día de hoy sigue estando muy activo, especialmente asesorando marcas jóvenes como NORQAIN, dónde se incorporó como consultor.

Después de conocer toda su trayectoria, era de esperarse que decidiera marcar su legado con Biver Watches, un reloj que reflejara todo su conocimiento, transmitiendo su experiencia al también apasionado relojero, Pierre Biver de 22 años.

El sonido de la eternidad

Pierre Biver explica con sus palabras cómo es su nuevo repetidor de minutos de Biver watches,  una complicación útil y poética, que manifiesta el sonido de la eternidad. Porque el sonido es una vibración que se puede relacionar con el mundo de las emociones.

“Queremos que el repetidor de minutos sea la piedra angular de la marca, hecho con un diseño con el que ambos podamos identificarnos y con un movimiento que sirva a la estética que definimos. Un reloj contemporáneo, inspirado en la tradición y representativo tanto de mi padre como mío», explica Pierre Biver.

Modernizando al repetidor de minutos de Biver watches

Pero, ¿cómo hacer que el repetidor de minutos, un mecanismo inventado en el siglo XVIII, sea contemporáneo? “Con un sonido nuevo y diferente que seguramente hará que los coleccionistas agucen sus oídos. Agregamos un tercer martillo, que requiere un ajuste muy fino del tempo para obtener el tono perfecto. También optamos por un tourbillon con jaula de titanio, que lo hace más liviano pero también más desafiante para decorar, así como puentes modernos; y para alimentar el reloj tenemos un micro-rotor”, añade.

“Decidimos decorar todas las caras de todos los componentes del movimiento”, dicen los Biver. “Para lograr esto, tuvimos que presionar a nuestros socios para que desarrollaran técnicas para decorar ciertas partes de las piezas que originalmente no estaban diseñadas para ser decoradas. La parte inferior de los puentes, por ejemplo, está granulada a mano, lo que rara vez se hace”.

El pasado y el presente

“Tiene una sensación de pasado y presente: nuestras esferas están abovedadas, un guiño a la relojería de tiempos pasados, pero nuestros índices son modernos y curvos. Nuestras agujas tienen forma de dauphine con crestas cepilladas, los ángulos están pulidos y la parte superior tiene un acabado satinado”, dice Pierre Biver. Dondequiera que vague el ojo, hay algo para atraparlo. Dondequiera que mires, los juegos de luces y sombras cuentan una historia contrastante. El movimiento de la luz sobre el reloj evoca el paso del tiempo, haciéndose eco de toda la filosofía que sustenta la marca Biver: construir un puente temporal que une pasado, presente y futuro.

Brazalete

El brazalete metálico de cinco eslabones está especialmente diseñado para la marca. “Fue construido como un brazalete integral, pero en realidad es intercambiable”, explica Pierre Biver. “En cuanto a la corona, que es la conexión más directa entre el reloj y el usuario, queríamos que fuera sustancial, con un aire vintage”. A través de una lupa se puede ver que el surco está pulido y la cara interna de cada diente está chorreada con microesferas.

Resistentes al agua 

A pesar de su precio, o quizás por eso, este repetidor de minutos fue diseñado para usarse todos los días, en todas partes y en cualquier circunstancia. La carcasa es resistente al agua hasta 5 ATM (unos 50 metros). “Es a prueba de agua y el propietario puede llevarlo a la piscina, aunque no recomendamos usarlo para nadar todas las mañanas”, sonríe Pierre Biver. “Es una forma de desdramatizar la repetición de minutos, de sacarla de su contexto habitual, y sobre todo de su caja”.

Fáciles de usar

Aunque son muy valiosas, queremos que nuestras piezas sean fáciles de usar, realmente «fáciles de usar», y que el coleccionista las disfrute a diario. La elección de un movimiento automático equipado con un micro-rotor hace que este reloj sea absolutamente de uso diario. Vemos la tecnología al servicio de nuestra visión, pero sobre todo al servicio del cliente. La mejor manera de darle vida a un reloj es usarlo”, agrega.

Energía propia: espiritualidad

El reloj tiene una energía propia: además del sonido que emana de él, también está la energía de la piedra que conforma su esfera. Las esferas están hechas de piedra dura: obsidiana plateada o sodalita. “Elegimos estas piedras por sus atributos espirituales, por la energía que irradian. La sodalita es calmante y tiene una cualidad protectora. La obsidiana plateada tiene que ver con el renacimiento», explica Pierre Biver. «También es una forma de reconectarse con la energía de la Tierra».

Para nosotros era una pieza que faltaba en el mundo relojero actual, Jean-Claude Biver es personaje muy admirado y apreciado en el mundo relojero, tenemos la dicha de ser testigos de su profesionalismo impartiendo conferencias, su fluidez al dar entrevistas y su carisma al compartir su queso suizo favorito en los salones internacionales de relojería.

Una celebridad que ha quedado marcada en la cultura relojera y que plasma su conocimiento en un bello reloj que equilibra elementos contradictorios, acabados satinados. pulidos, líneas rectas y redondez, sombra y luz, pasado y presente, sonido y silencio. Todos los componentes que reflejan lo que los Biver piensan de un reloj: “Un reloj tiene valor para nosotros por su aspecto espiritual, por el alma que lleva”, dice Jean-Claude Biver. “Porque un objeto sin alma es un objeto muerto. Queremos dar a luz al alma del reloj”.

Un repetidor de minutos creado para los entusiastas ilustrados, un modelo que destila el savoir faire relojero con cada elemento y que por su precio, las primeras 18 únicas piezas quedarán  en manos de importantes coleccionistas.

 

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