Según el diccionario de la RAE, calibre significa diámetro interior de distintos objetos huecos, es una medida, un tamaño. A su vez, movimiento expresa el estado de los cuerpos mientras cambian de lugar o posición. En el mundo de la relojería estas dos definiciones son totalmente diferentes.
Para las casas relojeras el término “calibre” representa el modelo o número de movimiento del reloj. No es el diámetro que mide la carátula o alguna otra medida del mismo. Cada marca designa sus propios nombres o «calibres» a sus creaciones; en ocasiones lo hacen sin lógica alguna, puede ser un control interno, o un nombre atractivo para su comercialización.
A continuación un ejemplo de la marca Rolex: Calibre 3255.
Por otra parte a «movimiento» se le conoce como el mecanismo que tiene un reloj; es el conjunto de pequeñas partes y engranes en moción. Es el corazón metálico del reloj que mueve manecillas de forma exacta y puntual.
Existen relojes con movimiento automático, cuando un rotor mantiene el reloj funcionando mediante el meneo de la muñeca. También hay de cuarzo, alimentados por baterías, por lo tanto no hay que hacer nada para que funcionen más que supervisar la vida de la pila, y por último los manuales, a los que debemos mantener trabajando “dándole cuerda” al girar la corona.
La decisión de cuál escoger es opcional a cada gusto del usuario. Hay románticos que aman los clásicos, los movimientos manuales y complicados. Otros prefieren la precisión que dan los cuarzos. Cada uno parece tener vida distinta. Si te fijas bien, cuando tengas en tus manos un reloj manual, verás que la manecilla del segundero se desplaza en su eje mediante pequeños y sutiles movimientos, por su parte el cuarzo aterriza en cada segundo de forma rígida, pero cadenciosa y precisa.
Te dejamos aquí el mecanismo de un reloj manual para que lo aprecies a detalle.
Fuentes:
http://www.rae.es/
htto://www.rolex.com
Foto principal por Shane Lin en Flickr.
Klokker Reparación de Relojes
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