OMEGA, la creación de un clásico

08/10/2015

La historia

Omega es la precisión en los Juegos Olímpicos, la herramienta infalible en un viaje a la luna, el arma secreta de James Bond y la joya que adorna la belleza de Nicole Kidman.

Al ver en vitrinas un Speedmaster Omega, con caja de titanio y bisel negro, o en la muñeca del actor Daniel Craig un icónico Seamaster James Bond, es difícil pensar que las primeras creaciones de la marca fueron relojes de bolsillo hechos de partes compradas. Así es, Louis Brandt en 1848 se estableció como uno de los mejores distribuidores europeos de relojes de bolsillo, ensamblados con piezas compradas a distintos artesanos locales.

En 1877, Brandt fundó junto con sus hijos, Louis-Paul y César, Louis Brandt & Fils., sin embargo, dos años después murió dejándole a sus herederos las riendas de la compañía. Cansados de la irregularidad de los materiales que compraban, los hermanos decidieron mudarse de Le Chaux de Fonds, Suiza, a la ciudad vecina de Biel, con el fin de aprovechar el apoyo fiscal de la zona. Ahí comenzaron a fabricar todos los elementos de sus relojes; con ello lograron perfeccionar sus creaciones y controlaron la producción en su totalidad.

De sus primeros relojes sobresalen Gurzelen (1882) y Labrador (1885), con los que se convirtieron en los más importantes protagonistas de la industria relojera europea, manufacturaron 100,000 relojes anuales con una fuerza de trabajo de 600 hombres. En 1885 crearon el primer reloj de pulsera, con caja de dieciocho quilates en oro rojo. En 1894 nació el calibre Omega, la perfección y el gran éxito en comercialización de éste encaminó a los Brandt, en el año de 1903, a cambiar de nombre a Louis Brandt & Frére – OMEGA Watch Co.

«Atraer gente joven a los relojes mecánicos es un reto, y para resolverlo, desarrollamos dos relojes de James Bond». Stephen Urquhart. Presidente de OMEGA.

Omega inició el siglo XX como la relojera más precisa y prestigiada del mundo. El desarrollo de la técnica, la importancia en los detalles, aunado a su alto control de los procesos de manufactura, hicieron que la marca de los Brandt obtuviera contratos con la armada de los Estados Unidos, además de otras entidades militares europeas.

Juegos Olímpicos Omega

En el marco de los juegos Olímpicos de Los Ángeles en 1932, Omega fue confiada con la cronometración de todas justas olímpicas, siendo la primera empresa privada con este privilegio; desde entonces es patrocinador de diferentes deportes en los que destacan el atletismo y las actividades acuáticas.

El reloj Seamaster, orgullo de la marca, apareció en 1948. Su diseño se basa en los prototipos hechos para la armada británica al final de la segunda guerra mundial, este modelo evoca elegancia y versatilidad. A través de los años se perfeccionó y enriqueció con un mejor en rendimiento en resistencia al agua y precisión.

Posteriormente se creo el ejemplar más famoso de Omega: Speedmaster. Este cronógrafo se distingue por su fácil lectura, gran resistencia y excelente funcionamiento. Speedmaster es utilizado en exploraciones espaciales y fue inmortalizado por Neil Armstrong al caminar con él sobre la luna.

Omega ha acompañado a importantes personajes de la cultura contemporánea, lo han vestido actores como Brad Pitt, Angelina Jolie y Robert De Niro. Al igual que el personaje ficticio James Bond. Elvis Presley y John F. Kennedy. Ahora los embajadores Omega, como Nicole Kidman y George Clooney, engalanan alfombras rojas y eventos utilizando los icónicos relojes.

En la actualidad, la marca que pertenece The Swatch Group ofrece 4 líneas de relojes: Speedmaster, Seamaster, Deville y Constellation. Todos ellos se han transformado y modernizado; actualizando sus mecanismos y se enriquecieron con nuevas cualidades. Las nuevas piezas de la marca rinden tributo a sus predecesores; exhiben respeto a su pasado sin dejar de lado los avances tecnológicos.

Omega