Reloj de pulso, el invento que facilitó portar el tiempo. Una máquina que nos brinda un acceso rápido, simple y con mucho estilo al tiempo, a conocer el momento en el que nos encontramos con dar un simple vistazo. Cuando portamos un reloj de pulso lo hacemos con gran naturalidad, pero el día de hoy, al leer estas líneas queremos que imagines cómo era antes, cómo se complicaba el momento de ver la hora. Para nosotros este invento marcó una nueva era en la relojería y es por eso que queremos narrar su historia.

Antes de comenzar a adentrarnos en su historia, queremos dejar muy claro qué es un reloj de pulso, también conocido como reloj de pulsera. Como su nombre lo indica es el reloj que llevamos en la muñeca sujeto gracias a una correa, que puede ser de diversos materiales como: piel, metal, plástico, oro, entre otros.

Este gran invento revolucionó a la relojería, anteriormente, los relojes se portaban en los bolsillos. Los relojes de bolsillo fueron toda una novedad en su época, estos relojes de cuerda automática se remontan al siglo XVIII, eran piezas muy caras, delicadas y que se además de dañarse con facilidad eran difíciles de reparar, eran pesados por lo que no resultaba nada cómodo el transportarlos en los bolsillos. Claro que con el tiempo los diseños mejoraron y se adaptaron para hacerlos más cómodos, siempre reflejaron gran elegancia pero su auge llegaría al fin con la aparición del reloj de pulso.

“El que ignora la hora del día es como quien camina en la oscuridad”

Al leer sobre la historia de los relojes, debemos recalcar la gran obsesión que tiene la humanidad sobre todo lo relacionado con el tiempo. Desde los inicios de las civilizaciones comenzaron a tener control sobre la medición del tiempo, durante siglos se han realizado inventos para perfeccionar esta medición. Y para hablar sobre el origen del reloj de pulso debemos remontarnos a su predecesor, el reloj de bolsillo.

Los antecedentes: el reloj de bolsillo

El primer reloj de bolsillo del que se tiene registro fue creado en Alemania por el relojero Peter Henlein, en el año 1524. Posteriormente Suiza se posiciona como uno de los países donde más los producían, Inglaterra se une a la producción de relojes de bolsillo en 1575.

Todos tenían un problema, el mecanismo de conducción y el gran peso del reloj. La llegada del reloj de bolsillo mostraba un gran avance al hacerlos muy prácticos, sin embargo, su peso era un gran problema ya que resultaban algo incómodos.

Los primeros años del reloj de bolsillo no presentaron mucho avance ni innovación, eran poco precisos y hasta 1704 crean el primer reloj que utiliza rubíes de relojería para hacerlo más exactos al indicar el tiempo.  Años más tarde, en 1750 se utiliza el esmalte para reloj, lo que lo hace más visible aunque haya poca luz.

En América el primer fabricante de reloj de bolsillo fue Luther Goddard de Shrewsbury, Massachusetts, en 1820, en esta época en Europa ya se había creado el reloj de pulso.

El cómo fue creado el primer reloj de pulsera nos lleva a diferentes historias, diferentes años, diferentes lugares, hay grandes casas relojeras involucradas quienes se atribuyen este gran invento. En todas las historias que tenemos sobre su origen podemos resumir que la razón de su creación fue nuevamente la practicidad, antes era práctico llevarlo con uno mismo, tener acceso a la hora en cualquier momento, en cualquier lugar,  eso debía evolucionar, debería ser cómodo y se encontró la manera de que ahora podamos disfrutar de saber la hora con el simple movimiento de echar un vistazo a nuestra muñeca.

Las historias del origen del reloj de pulso:

El reloj de Beaumarchais

Una de las historias sobre el primer reloj que se usó en la muñeca, cuenta que este reloj fue creado por el relojero de Luis XVPierre-Augustin Caron de Beaumarchais en el año 1755 en París. Pieza diseñada para una dama apasionada por la moda, madame de Pompadour.

El reloj de Breguet

Esta famosa casa relojera defiende la versión de que el primer reloj de pulsera fue obra del fundador de la marca.

La historia se remonta a principios del siglo XXV. En aquel entonces, los relojes móviles, conocidos como relojes de bolsillo,  eran fabricados por  Peter Henlein. La novedad que presentaban estos relojes era su tamaño, se había logrado reducirlo gracias al descubrimiento del muelle de tracción, el cual permitió sustituir el péndulo por la transmisión y el volante ( por aquella época aún de doble péndulo) como elemento para marcar el ritmo.

Es así como Abraham Louis Breguet aprovecha este avance en la relojería para crear un reloj especial en el año 1812, el primer reloj de pulsera para Caroline, reina de Nápoles y hermana menor de Napoleon.

«Resulta irónico que una de las innovaciones más brillantes de Breguet e indiscutiblemente una de las más útiles, ni más ni menos que el reloj de pulsera, fuese completamente ignorada por sus contemporáneos. Incluso existen evidencias que prueban, sin lugar a dudas, que en respuesta a un encargo que la reina de Nápoles realizó el 8 de junio de 1810, Breguet ideó y elaboró el primer reloj de pulsera de la historia: el reloj Breguet N.º 2639.Con la adquisición de treinta y cuatro relojes de sobremesa y de pulsera entre 1808 y 1814, la reina de Nápoles, mujer ambiciosa y sumamente bella, ocupó un puesto de honor entre los clientes más distinguidos de Breguet.»

Se ha puesto en duda la veracidad de esta historia por lo que Breguet muestra los libros de pedidos y reparaciones de las piezas que se crearon, ahí se puede observar que en 1855 el reloj se reparó en los talleres de Breguet. Este es el último registro que se tiene de la pieza y hasta el día de hoy el reloj de la Reina de Nápoles sigue desaparecido.

El reloj de Cartier

Louis Cartier diseñó los primeros relojes de pulsera en 1904, un reloj totalmente pensado para su amigo el pionero de la aviación, el  brasileño Alberto Santos-Dumont.

El piloto Alberto Santos-Dumont le pidió a su amigo relojero que le fabricara un reloj para llevarlo en su muñeca, es por eso que recibe el nombre de Cartier Santos. Un reloj diseñado para caballero que  se hizo muy popular entre los militares por la comodidad que les brindaba.

Anteriormente el reloj de bolsillo era muy incómodo para realizar las actividades, sobre todo las de un piloto, con una correa se lo ataban a la pierna o al brazo sobre su traje e aviación. En esa época los aviones no tenían la instrumentación con la que cuentan ahora, es por esto que los pilotos se veían obligados a realizar los cálculos ellos mismos, estos cálculos eran indispensables ya que les permitía conocer el rumbo, distancias y horas de combustible con el que contaban para realizar el viaje. Es por eso que gracias al diseño de Cartier Santos esto sería, un reloj de pulsera cómodo que podrían utilizar en la muñeca para tener acceso rápido al tiempo.

La evolución del reloj de pulso

J. Harwood

En 1923  J. Harwood, patentó un reloj de cuerda automático. El relojero inglés John Harwood (1893-1964) presentó la patente de su invento el 7 de julio de 1923 y publicada como GB 218487.

En 1920 ya se utilizaban relojes pequeños adaptados en las muñecas, se mantenían en marcha dándoles cuerda con una corona exterior, lo que hizo John Harwood, fue perfeccionar su funcionamiento. En 1922 fundó una pequeña empresa de reparación de relojes, su objetivo era desarrollar su propio reloj de cuerda automática. Se había dado cuenta que la corona exterior era motivo del averío continuo de los relojes, ya que permitía la entrada de polvo que dañaba al mecanismo.

Su invento además de prolongar la vida útil de los relojes y evitar que se descompusieran fácilmente, permitió que se diera cuerda al reloj regularmente ya que creó un reloj que podía generar la suficiente energía para darse cuerda solo.

El primer reloj automático (en forma de reloj de pulsera con péndulo de inercia) fue inventado en 1923 por John Harwood. Más adelante, Rolex construyó un reloj automático con un rotor de cuerda unilateral y lo patentó. En este principio se basan los mecanismos que hoy en día encontramos en los relojes automáticos comunes.

John Harwood solicitó la patente en varios países y junto con su socio Harry Cutts, formó la Harwood Self-Winding Watch Company, que encargó la fabricación de los relojes a la firma suiza Fortis y A. Schild. En 1928 lanzaron a la venta 30,000 unidades, desgraciadamente su empresa quedó endeudada por la situación económica de la época.

Sin embargo, el gran invento impactó a las compañías relojeras que empezaron a interesarse en la producción de relojes de cuerda automática.

Hans Wilsdorf

El fundador de Rolex, Hans Wilsdorf lanzó su propio modelo de este novedoso invento. Fue así como el reloj de pulso se impuso ante el reloj de bolsillo y los únicos relojeros que se adaptaron al cambio fueron los fundadores de casas relojeras que ahora conocemos como imperios.

Fue el inicio del Rolex Oyster Perpetual y de la gran fortuna y prestigio de Rolex al lanzar al mercado un  reloj novedoso que no necesitada que se le diera cuerda.

Su origen puede revelarnos que el reloj de pulso fue creado para una mujer como una joya, o para un hombre como una herramienta. Los años y los lugares fueron distintos, también las costumbres y hay quienes aseguran que en un inicio el reloj de pulso era considerado femenino, lo veían como una joya que portaba la mujer y otros contradicen este pensar al decir que los primeros relojes de pulso estaban orientados al uso del hombre, recordando que una de las historias nos menciona que fue pensado para el uso de un piloto.

Su función es en la que todos coincidimos, hacer de la relojería un objeto práctico y que nos acompañara en todo momento, a partir de esta creación se han vivido importantes innovaciones en la relojería, la tecnología ha hecho que estos relojes cuenten con funciones que antes resultaban inimaginables. Al pensar sobre estas grandes mentes, maravillosos relojeros que dedicaron su vida a innovar, no nos queda más que agradecer que nos hayan brindado uno de los regalos más preciados, los relojes de pulso.

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