Por: César Eduardo Rodríguez, lector y colaborador de Klokker México

Estimados lectores, en el hipotético caso que tuvieran a su disposición una gran cantidad de dinero, ¿cuál sería su límite para gastar en una pieza de tiempo de lujo?, ¿200,000 MXN les parecería adecuado?, ¿qué tal 2 millones?, ¿20 millones quizás? Ya sea que mi suposición haya acertado en alguno de ustedes o no, creo le interesara conocer lo que se vivió este año en cuestión de compra-venta de relojes de pulsera. Fue histórico.

El Acto 

El pasado mes de noviembre se presenció un hecho histórico en lo que respecta a subastas de este tipo de artículos, pues fue vendida una pieza de tiempo por un módico precio (note aquí mi sarcasmo) de $11,136,642 dólares (el equivalente hoy en día a poco más de 230 millones de pesos mexicanos). Así es, no se trató de un error tipográfico, es el reloj de pulsera más caro jamás vendido en una subasta, no solo en 2016, sino en la historia de la relojería (ya se encuentra registrado como récord mundial en su categoría).

Cabe destacar que este tipo de subastas suelen ser controversiales, en éstas se han presenciado actos tan insólitos como el que se describe en este artículo, sin embargo, también hay casos tristes en los que relojes raros de grandes casas relojeras han sido vendidos a decepcionantes cantidades. Pero bueno, ese tema lo dejaremos para otra ocasión.

La puja ganadora del reloj en cuestión fue de 9.6 millones de francos suizos, más comisiones y relacionados.

La pieza

Comencemos por la marca del reloj, ni más ni menos que Patek Philippe, para muchos coleccionistas y conocedores considerado el mejor fabricante de relojes del mundo, y para muchos otros, sin duda, un referente cultural e histórico en lo que respecta al arte de diseñar y fabricar piezas de tiempo. ­Cabe señalar que esta casa fue fundada por Antoine-Norbert de Patek en 1839, en Suiza, a la cual posteriormente se asoció Adrien Philippe, mancuerna de la cual nació el emblemático nombre. Sus creaciones son sinónimo claro de exquisita precisión, calidad, diseño y clase; un deleite a la vista y al tacto para todos los amantes de la relojería.

En el año 1941, Patek Philippe diseño, creó e introdujo este reloj, con la referencia 1518, manufacturada en serie y poseedora de un título importante pues es el primer cronógrafo con complejidad “calendario perpetuo” en la historia. A pesar del éxito de este reloj y que al ser introducido fue aclamado como una obra de arte por su diseño y complejidad, la referencia sólo estuvo en producción durante una década.

Ahora, en adición a lo antes comentado, ¿qué hace tan especial a esta pieza como para que lo consideremos un “grial” entre los relojes? Veamos.

Material

De esta referencia en material acero inoxidable se conocen en existencia solamente cuatro piezas, ya que la gran mayoría de la producción en su época fue realizada en oro rosado y amarillo. 

Serie

De estos 4 relojes conocidos, el que se vendió cuenta con la serie número uno, grabada en el reverso de la carátula trasera, lo que significa fue el primero de los cuatro relojes en ser producido.

Condición

Encontrar un reloj con más de 60 años de antigüedad en buen estado es complicado, pero en excelente/impecable estado es una rareza total, y si añadimos que es de la marca Patek Philippe, es casi imposible.

Complejidad

La complicación “calendario perpetuo” es una de las más sofisticadas que existen en su clase junto con el tipo “minute repeater”. En breve definición, este tipo de relojes indican la fecha y corrigen automáticamente los meses con menos de 31 días, así como los años bisiestos, y todo esto con operación mecánica.

Venta única

Esta quizá haya sido la última oportunidad para adquirir un reloj como este en mucho tiempo, ya que, de las cuatro piezas conocidas, 3 están en posesión de grandes coleccionistas italianos, de los cuales se sabe no pretenden vender sus tesoros.

El recuento

En lo personal, considero que encontrar la suma de los factores antes comentados en una sola pieza de tiempo es sumamente complicado, poco probable y difícil de repetir. Me genera gran entusiasmo y satisfacción saber que vivimos este interesante momento. Ahora, ¿creo que la pieza por sí sola vale ese precio?, por supuesto que no, no estamos hablando de un material extinto, o de una pieza usada por un gran rey o personalidad trascendental. No debemos olvidar que la relojería es un lujo, estarán de acuerdo conmigo que no necesitamos un reloj ni siquiera de 5,000 MXN para que nos dé el tiempo, más aún cuando nuestro celular lo muestra todo el tiempo. Lo que me lleva a la siguiente reflexión:

El conocimiento relojero es un arte y como todo arte su valor es subjetivo. Va más allá de los límites lógicos del valor de un artículo per se, representa para las personas un momento de su historia, un recuerdo, una meta, un logro personal, un complejo psicológico por resolver tal vez, un capricho o un ideal si lo queremos llamar así, entonces, ¿qué precio ponerle a esto? No hay una cifra correcta y las personas no la conocen hasta que se les presenta la oportunidad. Me gusta pensar esto es lo que pasa en este tipo de eventos, las personas compiten por satisfacer una pasión interna y eso los lleva a realizar este tipo de adquisiciones. Claro, si yo tuviera 230 millones de pesos excedentes en mi cuenta bancaria, creo compraría algunas otras cosas antes, pero, sin duda, compraría algunas piezas de tiempo especiales. Tú, ¿qué opinas?, ¿qué te parece este hecho?, ¿es excesivo, increíble, bueno o malo?

1 comentario

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  • Increíblemente hermoso, no puedo decir mas que eso. Al igual que en el arte hay piezas que a pesar de su aparente simpleza pasan a la eternidad como piezas maestras, y esta es una de las piezas de la horología que en mi opinión se consagraran para la eternidad como una verdadera pieza maestra. Es el paradigma del reloj de pulsera. Simple, elegante, apenas vistoso, lo puedes vestir y no parece una pieza de 230 millones de pesos. ¿Que si pagaría esa cantidad por el ? Si la tuviera, lo haria sin pensarlo, porque mas que un reloj en mi opinión es el pináculo de la horología, lo suficientemente increíble para ser el reloj mas caro jamas vendido, sin embargo lo suficientemente simple para vestirlo todos los días.