Tudor no sólo estrenó algunos relojes en Baselworld, 2017, también lanzó su nuevo slogan y actitud: #BornToDare.
La firma suiza, cuyos orígenes se remontan a 1926, cuando Hans Wildorf, fundador de Rolex, registra “The Tudor” con el fin de llevar al mercado relojes más económicos, pero con la misma garantía de calidad que la marca de la corona dorada. Desde ese entonces ha evolucionado hasta adquirir su propio carácter y personalidad. Piezas legendarias como Tudor Oyster, Submariner o, más recientemente los modelos Oysterdate, se han encargado de elevarlo a una posición autónoma y reconocida.
Este 2017, en el marco de Baselworld, y en medio de un desplome en ventas de casi todos los grupos relojeros, renace Tudor con modelos de carácter fuerte y un lema determinante:“Born to Dare”. Pero esta sentencia, nacidos para atreverse o para retar, se percibe más como una transformación o adaptación a la realidad del mercado relojero. Tudor ha decidido, fiel a su filosofía, no elevar precios de su gama Heritage Black Bay. Además ha sumado un cronógrafo, Black Bay Chrono, utilizando un mecanismo realizado fuera de casa, por la relojera Breitling, con el fin de abaratar costos, y así mismo brindar un cronógrafo top a sus clientes.
Lo sobresaliente
Tudor Black Bay Chrono
Primer Cronógrafo de la familia Heritage Black Bay, con corazón realizado en conjunto con Breitling. Este movimiento calibre MT5813 cuenta con certificación COSC y reserva de marcha de 70 horas, en una caja robusta de 41 mm.
Tudor Black Bay S&G
Esta versión de Heritage Black Bay, en oro y acero, por ello su nombre Steel and Gold, tiene gran personalidad, y lo hace más atractivo su precio: $3600 USD en correa de piel y $4300 USD en corea de oro y acero. Si lo compáramos con su hermano Rolex, un cronógrafo de su categoría costaría el triple.
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