En Klokker sabemos que cada reloj tiene su propia historia, cada pieza tiene un significado especial. Sabemos que ese reloj es tu historia.

Nos encanta escuchar las historias detrás de los relojes, nos invade la emoción al conocer los detalles de cada máquina del tiempo.

Algunas nos recuerdan a personas importantes, otras son regalos preciados que pasarán de generación en generación, algunas otras marcan momentos decisivos en nuestra vida, cada reloj tiene una gran aventura que contarnos.

En esta ocasión, en Mi Historia con Klokker conocimos el emotivo trasfondo que alberga un hermoso Elgin de bolsillo de 1907. El escenario, Café Forte, en Querétaro 116, Roma Norte, Ciudad de México. Un espacio que brinda intimidad, que nos transporta en el tiempo gracias a sus deliciosos aromas. Café artesanal junto con pan horneado nos acompañaron durante la narrativa de Juan Zúñiga.

Juan Zúñiga, director de cine, nos brindó la oportunidad de conocer los secretos de su reloj más preciado. Un reloj al que le guarda un cariño especial ya que al verlo, ve a su abuelo.

Un Elgin se ha convertido en el tesoro de Juan, la pieza que lo transporta a esa tarde en la que compartieron momentos especiales, el momento en el que su abuelo le regaló el reloj y le explicó todos los cuidados que necesita y significados de cada pieza.

Ellos eran muy unidos, su abuelo le enseñó a caminar, a cabalgar, muchos detalles de la vida. Incluso, participó en un cronometraje que Juan dirigió.

Un vínculo que permanecerá junto con el paso del tiempo y que en un futuro se convertirá en el el tesoro que Juan Zúñiga le dará a sus nietos, ese es su sueño, seguir con la tradición de generación en generación.

Con sentimientos encontrados somos ahora todos testigos de Mi Historia con Klokker y el preciado tesoro de Juan Zúñiga, un Elgin de Bolsillo de 1907. Una máquina del tiempo que ha vivido más de un siglo y que ha adquirido aún más valor, el sentimental.

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