Para Montblanc la modernización no es la realización de un reloj inteligente, digital, que se conecte a la red y actúe como teléfono. Para la marca suiza modernidad significa el dominio de la artesanía, la complicación de sus piezas refleja su desarrollo en el conocimiento de las micromáquinas. Montblanc cumple 158 años en el mercado y lo celebra con la creación de una joya que le rinde tributo a la relojería clásica, de bolsillo: La Colección Villeret
A finales del siglo XIX e inicios del XX, se vivió la era dorada de los viajes a través del Océano Atlántico. Los más grandes navíos de pasajeros competían por un prestigiado galardón, el Blue Ribbon Award (instaurado en 1906), el cual se le otorgaba a la embarcación que cruzara en menor tiempo las corrientes del Golfo. Montblanc rememora esta competición con la creación del “Villeret Tourbillon Cylindrique Pocket Watch 110 Years Edition”.
Villeret es un cronógrafo de alta precisión cuyo movimiento posee un Tourbillon con espiral cilíndrica. Este tipo de mecanismo es esencial en embarcaciones marinas ya que el corazón de “torbellino” elimina la pérdida de precisión que produce el constante vaivén del oleaje. El cronógrafo, con brújula, marca las horas y minutos, por otro lado muestra zonas horarias con indicadores de noche y día de los hemisferios norte y sur. La pieza está grabada y pintada a mano por los artesanos de la casa relojera.
Hay creaciones que simplemente perdurarán toda la vida a pesar de los embates de la modernidad, de la minimización, de la sintetización y de la revolución tecnológica. El clásico reloj de bolsillo en ocasiones parece haberse ido, luce ausente, sin embargo con el desarrollo de este tipo de piezas sabemos que nunca dejará de existir.
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